Ir al contenido principal

🎧 AudioQuin ✅ Perder y Ganar

🎧 AudioQuin ✅ Perder y Ganar

Aquella podría ser la carrera más increíble y romántica de sus vidas... 
Después de haber sido abandonada públicamente, Mili Kincaid no quería volver a ver a Jace Westfall ni aparecer de nuevo en televisión. Pero muy pronto se vio obligada a participar con él en una carrera en la que tendrían que trabajar en equipo para ganar. A pesar de que Mili no confiaba en Jace, viajaron por el mundo hasta el límite de sus fuerzas y todo ello bajo la atenta mirada de la cámara... incluyendo los besos. ¿Realmente sabían qué era real y qué estaban haciendo para que saliera en televisión? Y, a punto de llegar a la línea de meta, ¿ganarían lo único que el dinero no podía comprar? 


Resumen...

¿Es que no había aprendido la lección?
En la Plaza de San Francisco, bajo la sombra de la estatua de la diosa Victoria, Millie se embarcó en el mismo viaje que unos meses antes la había sumido en un mar de lágrimas. Tenía que prestarle atención a Pete Kenner, el productor de El gran reto, concurso en el que había accedido a participar. Eso era lo que había dicho el director de casting que la había seleccionado y, si todo salía bien, Millie pasaría los siguientes treinta días viajando por el mundo, acompañada de un cámara y un técnico de sonido. Volvió a oír las palabras de su padre.

Solo puedes usar la tarjeta de crédito para viajes de avión, le dijo Pete. Tienes que comprar billetes para ti y para los cámaras. Su padre pensaba que sería la primera eliminada. Ella no estaba enganchada a los realities de televisión.
Millie se cerró el anorak azul que llevaba puesto y trató de recordar el nombre del cámara. No era muy reconfortante saber que ellos filmarían y grabarían todo lo que hiciera y dijera en los siguientes treinta días. Su anorak era como el de Millie, pero de color naranja. Los blancos dientes de Pete hacían contraste con su piel bronceada.

Millie asintió con la cabeza. No quería parecer una sabelotodo, aunque ya hubiera estado en otro concurso. Un albañil preguntó si estaban filmando una serie de televisión. De lo contrario, Millie nunca hubiera accedido a participar.
¿Alguna pregunta? como nadie dijo nada, Pete dio una palmada. Millie respiró hondo y el aire húmedo de junio le congeló los pulmones. Los pilotos rojos de las cámaras se encendieron y ella puso su mejor sonrisa, resignándose al papel que tendría que jugar hasta ser eliminada. Voy a ser vuestro presentador durante el viaje, dijo Colt Stewart dando un paso adelante.

Sí, dijo Millie junto con las otras concursantes. No os he oído, dijo Colt.
Colt esbozó una sonrisa digna del mejor anuncio de dentífrico. Este es el concurso más arriesgado que se haya hecho en la televisión. Cuando terminara el concurso, su vida volvería a la normalidad. ¡Concursantes! ¡Preparados, listos...! gritó Colt.
Las chicas se pusieron en posición de salida y Millie hizo lo mismo. ¡Adelante! gritó Colt. Millie fue tras ellos con la adrenalina a flor de piel. Cuando estaba a unos metros de la mochila azul, vio un bolsito con el dibujo de un globo terráqueo en la parte delantera.

Dentro encontró treinta dólares, una llave y una tarjeta azul. Ve a Coit Tower –leyó Millie en alto para las cámaras. Busca la bandera azul y verde. Ahí encontrarás la próxima pista, y también algo para llevar contigo durante la carrera.
Con el corazón desbocado, Millie observó los edificios que estaban a su alrededor. El guardia la llevó hasta la parada de autobús. Tiene que montarse en el treinta o en el cuarenta y cinco. Bájese en Washington Square y móntese en el treinta y nueve.
En ese momento llegó el número 30 y Millie subió al autobús. Había un enjambre de turistas alrededor de Coit Tower, haciendo fotos. Millie se puso a buscar la bandera, pero no encontró nada, así que se dirigió a la entrada de la torre. Entró en el ascensor junto con los cámaras y dos estudiantes brasileños.

Desde allí se divisaban los rascacielos cercanos y la vista era de vértigo, por lo que Millie se mantuvo alejada del borde. Entonces se acordó del concurso y no tardó en localizar la banderola azul y verde. Ahí está la caja de pistas, estaba cerrada, pero ella tenía la llave. Volvió a meter la llave en el ojo de la cerradura, pero fue inútil.
Entonces echó un vistazo y se dio cuenta de que había dos cerrojos, así que insertó la llave en el otro sin éxito.

Ella se dio la vuelta y se encontró con una llave plateada. Jace Westfall. El mundo empezó a darle vueltas y trató de respirar con tranquilidad, pero no pudo. Jace agitó la llave.
Apuesto a que esta llave abre la cerradura. Millie se quedó sin habla. ¿Estás bien? preguntó Jace al verla rodearse la cintura con los brazos. Miró la ropa de Jace.
La pista decía que encontraría algo que tendría que llevar a lo largo del viaje. Jace no solo estaba allí para darle la llave....

Él asintió con la cabeza con gesto serio. No fue idea mía, Jace metió la llave y abrió la caja. Pete, el productor, me dijo que habría algunas sorpresas, pero no esperaba volver a verte. Pensaba que encontraría un GPS, prosiguió Millie.
¿Qué dice la pista? preguntó Millie. Jace abrió la bolsita y sacó una tarjeta. «Enhorabuena por haber encontrado vuestra segunda pista. Trabajar juntos será la clave del éxito.

A partir de este momento, sois compañeros de equipo. Allí encontraréis la próxima pista. «Compañeros de equipo» repitió Millie. Jace se puso tenso y asintió con la cabeza.
Compañeros de equipo. Subir a un autobús. Yo quería decir... con la cámara delante de las narices, Millie trató de encontrar las palabras adecuadas. Tenía que acostumbrarse a ser filmada en todo momento, de la misma manera que lo había hecho en el otro concurso.

Millie no podía dejarlo. Todos los alumnos de Millie eran especiales. Quiero ganar ese millón de dólares, afirmó y bajó los escalones que conducían al ascensor. Por suerte solo duraría treinta días.
Incluso a Jace Westfall. Y después no le volvería a ver en toda su vida. El comentario de Millie le hizo perder la calma, pero no sabía por qué. Jace miró a Millie.

Nunca habría esperado oír esas palabras en boca de Millie. La generosa cantidad que daban por participar y el premio de un millón de dólares habían bastado para hacerle olvidar los reparos, ponerse delante de las cámaras y humillarse de nuevo, pero volver a ver a Millie le había hecho pensárselo otra vez.
Millie lo miró, sorprendida. No llevaba ni una hora en el concurso y parecía que ya le había dado la vuelta al mundo. Llevaba la mochila inclinada hacia un lado y no podía ponerse derecha. Te llevaré la mochila.

Ella se colocó las tiras y enderezó la mochila. Millie le había atraído desde el primer momento. Era una mujer increíble, pero quería más de lo que él podía darle. La sala de montaje era el lugar donde los realities de televisión se hacían realidad.
Él había aprendido esa lección en La esposa ideal, el otro concurso en el que había participado, y no quería volver a cometer los mismos errores. Jace no podía perder.

En ese momento se abrió la puerta del ascensor y ambos entraron en compañía de los cámaras. Este programa va a ser duro, dijo Jace. La pista decía que trabajar juntos es la clave del éxito. Él éxito no era suficiente.
Jace tenía que ganar para sacar a flote su gestoría. Y yo también, dijo Millie levantando la barbilla. Esta mochila pesa menos que la que llevaba en el entrenamiento.
Sí, pero... Jace no había pensado que ella se lo hubiera tomado tan en serio. Dejemos esto claro, Jace. No esperaba que Millie Kincaid fuera tan competitiva. Aunque aún se sentía atraído por Millie, no iba a volver a caer en la trampa.

Millie frunció los labios.
Él había olvidado la pregunta, pero recordó la primera vez que la besó. Él pensaba que la oscuridad les daría algo de intimidad, pero al ver el programa se había enterado de que las cámaras lo habían captado todo.


Comentarios