Ella habÃa renunciado al amor.
Liz Strauss era la reina del orden y el control. Como madre soltera, tenÃa que serlo. Pero la atracción que sentÃa por su nuevo jefe, Charles Bishop, hizo que su ordenado mundo se pusiera patas arriba. De repente, sus pesadillas sobre el futuro de su hijo se vieron reemplazadas por sueños románticos…
HabÃan pasado muchos años desde la última vez que Liz confió en nadie. Compartir apasionados besos con Charles era una cosa, pero creer que su helado exterior escondÃa un corazón que latirÃa por ella para siempre era otra muy distinta.
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